Las cosas del querer

No sé bien a esta altura mucho de mí. Afirmé miles de cosas durante años, mientras me convertía en alguien que no estaba tan segura de admirar. En una de esas te me cruzás en el camino y con dos o tres palabras estoy ahí queriendo quererte.
Y querer querer, no es querer.
Te me cruzás y me enseñás de respeto; de cariño. De crecer, de creer.
Y yo te digo que OK, que todo bien, pero que no sé.
Y es que no sé. 
Y no saber, no es querer.
A esta altura no se de mí; si estoy sensible o si de repente destapé con vos la basura que barrí un día ebria en algún bar de La Plata y escondí abajo de la cama. 
Sí sé, en cambio, que me viste casi desnuda y me viste sin ropa también. Y que me enseñaste que está bien. "Ser vulnerable está bien", decís. 
Se me abatata el sentido común e ignoro tu falta de red flags, porque aunque quisiera quererte, si quiero cuidarte, esto a mi me lo enseñaron de chica y querer quererte, no es querer.